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El flotador Swimtrainer y otras maravillas. Consejos de una madre en apuros. Por Flor Enjuto.

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FLOTADOR DE SEGURIDAD PARA EL BEBÉ SWIMTRAINER

Cuando una se hace madre, la playa deja de ser ese lugar paradisíaco de hamacas, cócteles y bronceado intensivo vuelta y vuelta, para convertirse en una tortura china de las malas, máxime si lo que tienes son dos pelirrojos hiperactivos que te dejan sin energía antes del desayuno y a los que estar en remojo cual garbanzos potajiles, les gusta más que una caja de ceras y un pared recién pintada, que ya es decir.

 Así que los días de playa o piscina son de todo menos relajantes y cuando llego, con los pelos de loca, que a mí la brisa marinera me sienta muy mal, arrastrando el carro como si fuera un trailer y buscando desesperadamente un hueco donde la pelirroja pueda hacer castillos semiderruidos lanzando palazos de arena a diestro y siniestro, y recopilar pedruscos mientras Cigoto mastica arena con ansiedad demencial, sin molestar a nadie. O al menos sin molestarlos demasiado.

Y luego, claro, hay que establecer el campamento, cercando la zona con toallas que ya están inundadas en arena antes de ser colocadas, y una vez establecidos comienza el festival de las cremas de protección dos millones, que para eso los niños son blancos como guiris, y el hinchado de manguitos Barbie y el cambio de zapatos por cangrejeras y todas esas cosas que tiene que hacer una madre playera antes si quiera de quitarse el vestido.

La parte positiva del mundo playero es que a los pelirrojos les gusta el agua, da igual la de la piscina que la de la playa y no sólo no les importa que esté fría sino que ya puedo morir yo de hipotermia como Leonardo Di Caprio que a ellos se les ve encantados salpicando agua como si estuvieran en aguas caribeñas.

 Así que una pensaba que ésta podía ser una oportunidad para el relax aunque fuera en remojo, pero claro, a la pelirroja la puedo dejar a su aire con los manguitos pero Cigoto lo llevo enganchado a mi persona porque una es madre aprensiva y no se fía de los flotadores al uso por lo que todos son patadas acuáticas, tirones de pelo y topless no consentido.

Por eso cuando los chicos de El Planeta del Bebé me regalaron un flotador de máxima seguridad como es el Swimtrainer se me volvieron los ojos de la emoción porque aunque una sea una madre temerosa, éste no es un flotador al uso, ni mijita, es uno de máxima seguridad del que no podría desprenderse ni el mismísimo Houdini en un buen día y encima favorece los movimientos de las piernas para ir aprendiendo a nadar.

 Así que ahora nuestros días veraniegos son mejores porque la pelirroja va por libre con sus manguitos y el pequeño Cigoto es feliz con su nueva independencia que le da el flotador Swimtrainer y mueve los pies como un sireno de postín y carcajea como un loco, mientras yo los vigilo a tres milímetros, eso sí, que no me fío yo de que venga un tsunami de esos malos o un tiburón blanco hambriento o que Cigoto que es listo como el hambre, aprenda a nadar como Esther Williams y ahora que flota como un señor, se me vaya a Marruecos en un despiste.